El alma del ruiseñor nos da la calma al escuchar su cantar,
Ese cantar de vida tranquila que renace a la aurora del día al comenzar
Y que bello danzar de olas al viento escucho al mirar,
Tu corazón cristalino al término del día tranquilo ha de estar.
Solo la pasión del saber me da la fuerza para creer,
Que más tarde que nunca brillaran los solares rayos
En tu alba sonrisa que corre por calles y pasillos
Llenando matrices de nuevas esperanzas de vidas precoces
Esas que buscan un regazo de tibio seno de madre
que tu entregas día tras día sin interés.
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