lunes, 12 de junio de 2006

***Hija***



Creo que han sido días que nunca me habría imaginado, el estar compartiendo directamente el tiempo con mi hija; adolescente de 12 años .
Se ha convertido en un encantamiento mutuo, el de ir descubriéndose y mostrarnos tal como somos.
Como quisiera que se mantuviera pequeñita a mi lado por la eternidad, pero la ley de la vida es así.

Solo esperar que estos lazos, se vayan fortificando y ojalá perduren por siempre…

1 comentario:

Cadáver Exquisito dijo...

Que bien que compartas con tu retoño en tus vacaciones...es fácil ver la reverberación de dicha en tus palabras. También es fácil captar tu angustia por el primogénito que crece, y que se escapa a una nube particular...pero recuerda, es tu deber engrandecerla, y que tu papel es enseñarle a caminar por la vida.

Un amigo